La historia en la que tu decides - Capítulo 5

El aire frío me azota en la cara mientras voy corriendo por la calle. Siento una fuerte presión en el pecho y me cuesta respirar. Oh, Dios mío, necesito ir más deprisa, pero mis piernas no avanzan más por mucho que se lo suplique. Mis pulmones arden cuando entran en contacto con el frío aire invernal, y por un momento creo que voy a caerme al suelo.
Una mano me agarra por el brazo y me veo obligada a pararme. Mis ojos, anegados de lágrimas, se topan con la dura mirada del chico de los ojos verdes. Intento gritarle, pero mi voz se agarra a mi garganta y solo emito un gemido.
-¿Se puede saber qué haces?-me pregunta con el ceño fruncido.
No puedo creer que me esté preguntando eso en este preciso momento ¿Que qué es lo que hago? ¿Por dónde podría empezar? ¡Paula está en peligro! Tengo que hacer algo rápido, no es momento de ponerse de cháchara. Pero mi voz se resiste y solo puedo articular unas pocas palabras.
-Paula…peligro…-jadeo.
Él se echa las manos a la cabeza, alborotándose el cabello.
-No lo entiendes. No puedes ir a ese lugar, es peligroso. Nunca te has movido por ese lugar, esa gente es peligrosa. Muy peligrosa.
Estallo en un ataque de rabia.
-Oh, Dios, ¡el que no lo entiende eres tú! Ahora Paula me necesita, y ¿sabes? No necesito ningún guardaespaldas, puedo hacer las cosas por mí misma.
Su mirada es severa, y me escruta de arriba abajo. Me dan ganas de pegarle. Parece que no se da cuenta de la gravedad de la situación. O es eso o no le importa lo más mínimo la vida de una persona.
-Está bien. Tú ganas. Pero al menos deja que te lleve en mi coche.

No paro de morderme las uñas. Me siento inquieta. Rezo para que a Paula no le haya pasado nada. Intento pensar qué voy a hacer cuando llegue a las indicaciones que Paula me dio, el mismo bar al que había ido a buscarla esta mañana. ¿Qué podía haberle sucedido?
Maroon 5 canta One more night en aguna cadena de radio. Esto es una locura. Estoy en el coche de un chico al que no conozco, aunque él parece conocerme muy bien a mí, y no estamos precisamente en una cita. Es su voz la que me saca de mis pensamientos. El motor ha parado de rugir.
-Bien, hemos llegado-dice para sí mientras observa el descampado casi vacío en el que ha aparcado el coche. Tras una breve pausa comienza de nuevo a hablar.- Mira, conozco mejor que tú a los tipos que tienen a tu amiga. Vas a hacerme caso, ¿de acuerdo? Sepárate de mi todo lo que puedas. Yo los distraeré, tú ve a por Paula. Y si alguien te hace daño…lo mataré.
¿Había oído bien? Estaba claro que solo quería hacerse el duro, pero yo no podía parar de pensar en Paula.
El alma se me cayó a los pies cuando vi que un grupo de chicos, que más bien parecían gorilas, nos estaban esperando en la entrada del bar. Paula yacía desmallado entre los brazos inmensos de uno de los gorilas. Sus rubios cabellos estaban iluminados por la luz mortecina del sol. ¿Qué le habían hecho?
En cuanto los gorilas observaron a mi acompañante, me ignoraron y comenzaron a sonreír como animales que cazan a su presa. Él los miraba desafiantes, y uno de los gorilas (el que parecía el líder) dio un paso al frente y se colocó a una distancia bastante cercana a mí y a él.
-Vaya, vaya. Chicos ¿habéis visto? Lleva años intentando huír de nosotros, y ahora, por esa chica, lo arriesga todo. Muy típico de ti, Alberto.- y dicho esto, comenzó a reír a carcajadas, y muy pronto se le unieron sus compañeros.
Un momento, ¿todo esto era por él, por el chico de ojos verdes, de Alberto? ¿Por qué, qué tenía él, qué era realmente? 

By Lena

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